Seguridad online: cuando las contraseñas se vuelven en nuestra contra

Las medidas de seguridad informática son imprescindibles para manejarnos en el mundo virtual sin riesgos pero, como todo en la vida, no hay que pasarse. Emplear muchas contraseñas y difíciles de recordar puede suponer un problema y si optamos por sistemas de encriptación demasiado sofisticados, corremos el riesgo de que en un momento de urgencia, nadie pueda acceder a nuestra información.

El caso de Michael Hamelin es un ejemplo paradigmático de cómo la obsesión por evitar el pirateo de nuestro ordenador puede traer importantes inconvenientes en el futuro: Hamelin, experto en seguridad informática, aplicó a sus propiedades electrónicas y digitales los últimos avances en este sector. Cuando éste perdió la vida en un accidente y fue necesario rescatar información fiscal y personal, nadie fue capaz de hacerlo.

Evidentemente no es cuestión de obviar todo sistema de seguridad, pero proteger toda nuestra información de forma compulsiva puede llevarnos a situaciones verdaderamente complicadas. Tampoco se trata de ir compartiendo nuestras contraseñas a diestro y siniestro o prácticamente invitar al primer internauta a conocer nuestra intimidad digital, pero hay que tener en cuenta que cuando nosotros ya no estemos, nuestra familia deberá hacerse cargo de nuestra herencia digital. Para ello, expertos en seguridad informática, recomiendan compartir nuestros accesos con parientes cercanos en los que confiemos plenamente. Ya bastante duro será superar nuestra ausencia como para complicar la gestión de nuestra herencia.

Las empresas digitales cuentan con su particular política respecto a los usuarios fallecidos: Facebook, Google y Twitter permiten gestionar los perfiles, siempre bajo ciertas condiciones y solicitando información al demandante. Otras compañías tecnológicas como Apple, consideran que la cuenta es intransferible y desaparecerá con el propietario.

Así que, además de leer la letra pequeña antes de dar Aceptar las condiciones, es importante pensar y planificar qué vamos a hacer con nuestra herencia digital.

 

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